Si no hay humor que no haya nada.

Gastón Cánaves / Agustín Alba, DGC dentsu creative

Los últimos años venimos viendo y estableciendo la creatividad con propósito como la única manera de generar impacto y relevancia. Una creatividad que se fue poniendo más y más solemne. Inevitablemente esto llevó a la industria y a los creativos a encontrarnos de repente en un espacio común y transitado donde empezamos a perder conexión, diferenciación y relevancia. 

Veníamos creyendo que el propósito sólo podía estar construido con temas, aunque humanos, pero más “serios”. Nosotros pensamos que también que el propósito de una marca o una campaña tiene que, por sobre todo, conectar con su audiencia, con su gente, y no hay mejor forma de conectar con alguien que haciéndoles reír. 

“No hay forma más efectiva de conectar con la gente que haciéndoles reír”

El humor como propósito, y lo venimos viendo en su gran regreso desde 2023 y 2024, llega para traer alivio a una necesidad emocional por parte de la gente. Una necesidad de vivir mejores momentos, disfrutar aunque sea unos minutos, permitirse reír y divertirse.  

En el último Cannes, una gran señal de esto fue la apertura de la categoría humor, lo cual le da mucha entidad a esta forma de hablar y hacer creatividad y se vio reflejado en muchos de los GP. La aparición de esta categoría por fin pone en evidencia el gran desafío creativo de hacer humor, de generar buenas sensaciones, buenos momentos y lo más importante, hacer reir. 

En definitiva, en medio de una serie de sucesos a nivel local y global que generan malestar, preocupación e incluso indignación en las personas, quien traiga estos pequeños (o grandes) momentos para pasarla bien y que la gente se lo permitía, va a empezar a ganar la pulseada de la relevancia y la diferenciación.