Con un mar radiante y la playa limpia: así recibe a los turistas el parador de Coca-Cola en Villa Gesell (Paseo 105 y la costa), donde instalamos un Eco Punto para depositar reciclables, en el marco de la iniciativa Mi Playa sin Residuos con la que el Sistema Coca-Cola busca impulsar acciones sustentables durante el verano. “Hagamos juntos Un Mundo Sin Residuos”, se puede leer en cada lado del contenedor, que funciona como un complemento perfecto de la red del servicio de recolección diferenciada municipal.
“Estas bocas para depositar residuos son súper importantes, especialmente durante la temporada, cuando nuestra población puede llegar a cuadruplicarse y el volumen de material a recuperar aumenta considerablemente”, explica Malena Gore Parravicini, Subdirectora de Medio Ambiente de Villa Gesell.
En Gesell, el servicio de recolección y de procesamiento está en manos del municipio, que cuenta con un camión propio y una planta de separación donde el material queda listo para que las cooperativas de la zona lo reinserten en el círculo productivo dándoles una nueva oportunidad mediante proyectos propios, o bien vendiéndolos a otros emprendimientos que los reciclan y transforman en diversos objetos.
“Hay que tener en cuenta que estamos viviendo la mejor temporada de por lo menos los últimos 10 años, y que además notamos que los turistas ya llegan con el hábito incorporado de separar sus residuos. Con todo eso, esperamos que el volumen de material recuperado crezca exponencialmente”, destaca la funcionaria, que explica que el último pesaje en la planta, antes de las Fiestas, fue de unos 5 mil kilos de reciclables (700 de los cuales correspondieron a botellas de PET).https://www.youtube.com/embed/QC688mmtLVk
Uno de los grupos que recibe los materiales que se recolectan en Villa Gesell es Reciclando Conciencia, la cooperativa que lideró una jornada de limpieza de playa en el parador de Coca-Cola. “Trabajamos con el objetivo de transformar y darle trazabilidad a los residuos sólidos urbanos, pero también nos dedicamos a generar conciencia de que lo que se tira no es basura sino recursos para fabricar nuevos productos”, explica Mauro Tarragona, Tesorero de la cooperativa.
Con su sede ubicada en Pinamar, Reciclando Conciencia fue uno de los primeros equipos en producir ecobloques, los súper ladrillos que entre otros materiales se fabrican con plástico PET y tapitas, y que nacieron en una usina de ideas sustentables de la Universidad de Buenos Aires. “Tenemos el orgullo de decir que ya hicimos una casa con ellos”, celebra Mauro, y resume en hechos la importancia de separar en origen. “Además de evitar que esa botella termine en la playa, el mar o en un basural a cielo abierto, también estás generando oportunidades para muchas personas, porque ese supuesto desperdicio es también fuente de ingresos de un montón de gente involucrada en el reciclaje”, concluye.